EL PODER POPULAR COMUNAL COMO CATALIZADOR DE LA PLANIFICACION Y TRANSFORMACION INDUSTRIAL | Karla Fermin J.
por Karla Fermin J.
Doctora en Ciencias
Gerenciales, Magister en Gerencia de Finanzas y Negocios y Especialista en
Gerencia de las Finanzas y los Negocios.
Investigadora- Escritora
Coordinadora y profesora
del Diplomado Planificación en el Estado Revolucionario FEVP.
Resumen
El presente artículo técnico analiza la influencia
del poder popular en la recuperación industrial y la mejora económica de la
República Bolivariana de Venezuela, un proceso que se ha consolidado durante
trece trimestres consecutivos, de acuerdo a las cifras del Ejecutivo Nacional.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos provocaron una contracción económica
del 99%. La industria nacional, que empleaba más de 530,000 trabajadores y cerca
del 25% del PIB, enfrentó serias dificultades por la falta de condiciones
óptimas para su operación. Durante el Foro Internacional de la Semana de la
Energía en Rusia, se destacó que, en los primeros 5 años de sanciones,
Venezuela perdió la producción de 3,995 millones de barriles de petróleo,
equivalentes a 232 mil millones de dólares. En este contexto, el poder popular emergió
como un componente clave en el respaldo a la economía y la protección de la
industria estatal, permitiendo a los trabajadores organizarse en defensa de la
nación. Este fenómeno ha facilitado la reactivación del aparato industrial,
junto a las 7 transformaciones impulsadas en 2024 por el presidente Nicolás
Maduro Moros y su más reciente llamado a fortalecer y ceder espacios claves al
poder popular organizado en “Comunas”. El artículo aborda las etapas de
industrialización y el marco normativo que vincula ciencia, tecnología y
sostenibilidad. Se resalta el papel protagónico del poder popular en la
planificación y transformación industrial, según la Ley de Ciencia y
Tecnología, enfatizando la importancia de la colaboración entre estos para un
desarrollo económico sostenible.
Palabras claves:
Ciencia y Tecnología, Comunas, Desarrollo, Economía, Industria,
Planificación, Poder Popular, Productividad y Transformación.
INTRODUCCIÓN
La industria nacional de la República Bolivariana de
Venezuela ha experimentado transformaciones significativas desde el
advenimiento de la Revolución en 1999, enmarcadas en un contexto socioeconómico
complejo y desafiante. La dependencia histórica del país en los ingresos
petroleros ha reflejado la vulnerabilidad de nuestra economía, impulsando la
necesidad de diversificación y una mayor capacidad productiva en todos los
sectores. En este sentido, los esfuerzos del Gobierno Bolivariano para
fortalecer la industria nacional se han articulado a través de diversas
políticas públicas que buscan promover un modelo de desarrollo inclusivo, donde
el poder popular juegue un rol protagónico en la planificación y ejecución de
las iniciativas industriales, formas productivas y protección de la economía.
A pesar de los
numerosos desafíos, en especial los derivados de las sanciones internacionales
impuestas por EE.UU y países aliados, se han alcanzado durante la Revolución logros
significativos en la recuperación y establecimiento de empresas, así como en la
promoción del control obrero y la gestión colectiva. En este contexto crítico,
el poder popular ha emergido como un componente esencial para respaldar la
economía y proteger la industria estatal. Este fenómeno de empoderamiento ha
permitido a los trabajadores organizarse en defensa de la nación, facilitando
la reactivación del aparato industrial y apoyando las transformaciones
impulsadas en 2024 por el presidente Nicolás Maduro Moros. Así mismo, partiendo
de la Ley de Ciencia y Tecnología del año 2005, que establece la planificación
y el desarrollo científico-social como estrategias clave para el
fortalecimiento industrial, promoviendo un modelo de interacción entre cuatro
hélices: Gobierno, Universidad, Industria y Poder Popular, se plantea la
necesidad de intensificar las acciones de validación y formalización del
conocimiento e inventiva popular que ha aflorado con mayor intensidad derivado
de la resiliencia ante las sanciones.
Este artículo explora los logros y desafíos de la
industria nacional en Venezuela, centrándose en la importancia del poder
popular como motor fundamental en la transformación y planificación industrial
del país. La participación activa de los trabajadores y las comunidades en el
proceso productivo no solo ha buscado democratizar la economía, sino también
construir un modelo de socialismo participativo que trascienda el enfoque
tradicional de la administración centralizada. Así, se plantea que el futuro
del desarrollo industrial venezolano depende en gran medida de la sinergia
entre el impulso estatal y la capacidad organizativa del poder popular y
comunal, en un ámbito actual, en el cual el Presidente de la República
Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, ha llamado con énfasis especial
a transferir empresas del estado venezolano a las Comunas así como el 70% de
los sistemas presupuestarios, de manera que sean los Consejos Comunales y las
Comunas los que apliquen el presupuesto de la nación como parte del Plan de las
7 Transformaciones en esta nueva etapa de recuperación económica.
Gráfico 1.
En este sentido, podemos mencionar algunos logros en materia industrial resaltantes de dicho periodo, como son:
1. Nacionalización de sectores estratégicos: Se realizó la nacionalización
de sectores vitales para la industria, entre los que se pueden destacar: - En julio
de 2007, el presidente Hugo Chávez nacionalizó la Electricidad de Caracas, que
había sido privatizada en la década de 1990. En junio de 2008, se
nacionalizaron las empresas del sector del cemento- Cemex y Lafarge, creando la
empresa estatal Cementos de Venezuela, con el objeto de contribuir al
cumplimiento de las metas de la Gran Misión Vivienda Venezuela impulsando la
industrialización del sector, así mismo en febrero de 2011, el gobierno
nacionalizó la extracción de minerales metálicos y no metálicos, como parte del
impulso en la explotación de materias básicas para la industria nacional.
2. Creación de empresas estatales: Desde una
robusta geopolítica y planificación industrial se crearon y establecieron más
de un centenar de empresas estatales en sectores de relevante importancia como
la alimentación, la construcción y la manufactura en el área de tecnología y automotriz
entre otros, con el fin de diversificar
la economía venezolana y reducir la dependencia de importaciones.
3. Fomento de la producción agrícola e industrial: A través de
programas de desarrollo agrícola e industrial, se promovió la producción de
alimentos y bienes de consumo. Se creó, por ejemplo, la Misión Alimentación
para la comercialización
de insumos y productos agrícolas, así como a la producción y distribución de
fertilizantes en el marco de la soberanía alimentaria y darles robustez a las
empresas nacionales agroindustriales.
4. Inversión en infraestructura: Se realizaron
inversiones significativas en infraestructura industrial, incluyendo la
construcción y modernización de fábricas, así como la mejora de la red de
transporte y logística en materia vial, portuaria y ferroviaria. Esto facilitó
el acceso a mercados y mejoró la eficiencia en la producción. Por ejemplo, a
partir del 2005 se llevaron a cabo esfuerzos para consolidar un sistema
ferroviario nacional que facilitara el transporte de mercancías, materias
primas y productos terminados, mejorando la logística para la industria.
5. Desarrollo de políticas de protección a la industria
nacional: Se implementaron numerosas medidas de protección arancelaria y
subsidios para apoyar a las industrias locales, buscando fomentar la producción
interna y reducir la competencia desleal de productos importados. También, se promulgó
la Ley de Protección y Defensa del Usuario y del Consumidor (2003), como
marco regulatorio para priorizar la producción nacional y garantizar los
derechos de los consumidores al protegerlos de prácticas comerciales desleales.
Así mismo, se creó en el 2006 el Ministerio del Poder Popular para el
Comercio con el objetivo de impulsar y proteger la industria nacional,
promoviendo políticas de apoyo a la producción y al comercio interno,
incluyendo la defensa contra la competencia desleal de productos importados. Se
promovieron ampliamente empresas de propiedad social y cooperativas, dándoles
prioridad en la asignación de recursos y financiación. En 2009, se creó el Ministerio
del Poder Popular para la Industria como parte de una reestructuración
del gobierno. Esto se complementó con programas de formación y
asistencia técnica para potenciar su capacidad productiva y competitividad. Se
estableció una política de Compras Públicas para la Industria Nacional que
priorizaban la compra de productos y servicios de la industria nacional en las
contrataciones del Estado. Se incluyó la exigencia de que las obras públicas y
otros proyectos gubernamentales utilizaran materiales y productos fabricados en
el país. Se crearon varios fondos de financiamiento para proyectos
industriales, destacando entre ellos el Fondo de Desarrollo Nacional
(FONDEN), creado para financiar proyectos estratégicos, incluyendo recursos
destinados a la inversión en la industria nacional, apoyando empresas locales y
promoviendo la diversificación económica.
6. Pomoción de la innovación y la tecnología: Se impulsaron
iniciativas para promover la investigación y el desarrollo tecnológico en el
sector industrial. buscando modernizar la industria y aumentar su
competitividad. De esta manera, se crea en el 2006 la Misión Ciencia,
con el objetivo de promover el desarrollo científico y tecnológico en el país.
Se fomentó la creación de centros de investigación y se promovió la formación
de talento humano en ciencia y tecnología, con un enfoque especial en la
aplicación en la industria. Se innovó a través del desarrollo de empresas de
propiedad social que incorporaban prácticas innovadoras en sus procesos
productivos. Se proporcionaron recursos y asesoramiento para aplicar
tecnologías novedosas y mejorar la productividad. Numerosas alianzas con países
como Rusia, Bielorusia, China, Cuba y Brasil permitieron el intercambio de
tecnologías y transferencia de conocimientos. Se desarrollaron diferentes
programas de capacitación y tecnología, se fomentó la amplia promoción en la
biotecnología y energías renovables, así mismo se impulsó la consolidación de
numerosas asociaciones de innovadores y tecnólogos nacionales, y se crearon los
Consejos Productivos de Trabajadores y Trabajadoras.
7. Aumento del empleo en el sector industrial: A pesar de los
desafíos de la región, se logró un aumento en el empleo dentro del sector
industrial, con un enfoque en la inclusión social y la reducción de la pobreza.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el empleo en la
industria manufacturera creció de aproximadamente 1.1 millón de empleos
en 1999 a 1.4 millones en 2011, evidenciando un notable incremento durante este
periodo. Esta cifra representa un aumento del 27% en el sector
manufacturero. La política de sustitución de importaciones promovió el
desarrollo de la agroindustria. Según el INE, entre 2003 y 2010, el
empleo en la agroindustria creció un 8%, lo que representa aproximadamente 50.000
nuevos empleos en este sector gracias a la inversión en la producción
local. Se crearon más de 2.000 empresas de propiedad social,
generando aproximadamente 120.000 empleos directos en diversas
áreas industriales y agropecuarias. Estas iniciativas se enfocaron en
fortalecer la producción en comunidades vulnerables. A través de iniciativas
como las "Zonas de Desarrollo Endógeno", se promovió la
creación de industrias locales, generando más de 60.000 empleos en
comunidades que participaron en el desarrollo de estas industrias, facilitando
así la inclusión de los sectores más vulnerables. Cerca de 500.000 personas recibieron
capacitación técnica y profesional a través de programas implementados por el
gobierno revolucionario, lo que facilitó la inserción de muchos en el sector
industrial. La economía venezolana mostró una tendencia de crecimiento en el
PIB del sector industrial a lo largo de este periodo revolucionario, pasando
de 12.1% del PIB en 1999 a 15.4% en 2012. El
empleo solo en el sector de la construcción creció aproximadamente un 45% entre
2000 y 2012, lo cual ayudó a crear miles de empleos en áreas industriales
relacionadas, como la fabricación de materiales de construcción.
Posterior a este periodo, entre el 2012 y el 2017, la industria nacional empieza a enfrentar numerosos desafíos como parte de las acciones de asecho internacional a las que ha sido sometida la revolución bolivariana. La imposición de las sanciones coercitivas y unilaterales que los gobiernos de EE.UU y aliados ejercieron sobre nuestro país, especialmente en el 2017 (fecha de arranque de las sanciones de índoles económicas), propicio de acuerdo a datos oficiales una crisis sustancial que generó una caída forzada del 87% de la producción de la principal industria nacional- la petrolera, buscando arrastrar las capacidades productivas de la industria nacional de manufactura general, hasta generar el estatus de desabastecimiento que afecto considerablemente a todos los niveles de la población venezolana. Con estas sanciones los gobiernos de EE.UU y aliados, no solo buscaban apropiarse de bienes y recursos venezolanos, sino además sumergirnos en niveles complejos de retraso científico, industrial y de desarrollo.
La república perdió así, según datos oficiales del Observatorio Venezolano Antibloqueo, una cifra que supera los 22.000 millones de dólares y numerosos activos, con la imposición de más de 930 medidas coercitivas en nueve años de bloqueo; haciendo necesario la creación de entes gubernamentales para cuantificar y actualizar periódicamente dichas perdidas y la promulgación de la Ley Antibloqueo para el Desarrollo Nacional y la Garantía de los Derechos Humanos. No obstante, actualmente podemos afirmar que el país no perdió la capacidad inventiva, la organización y la conciencia social gracias a la participación del control obrero y el poder popular presente en cada fábrica.
Pero bien, debemos analizar en el marco de este periodo sancionatorio de dificultades, los principales desafíos que ha enfrentado la industria venezolana. Empezaremos, hablando de la reducción drástica de la capacidad productiva industrial. Las sanciones provocaron la restricción de importaciones de insumos y materias primas fundamentales para la operación de las empresas, lo que conllevo a la paralización de líneas de producción y, en muchos casos, a la suspensión temporal o definitiva de actividades industriales. Sectores importantes, como la industria de la construcción, fueron particularmente afectados, resultando en una disminución severa de desarrollos y de la oferta de productos asociados en el mercado interno.
Dichas afectaciones, estuvo acompañado por un aumento desmesurado de la inflación, lo que erosionó el poder adquisitivo de la población. La escasez de bienes de consumo, conllevo a una situación en la que los ciudadanos enfrentaban precios exorbitantes por productos básicos. Esta realidad generó un efecto multiplicador en la crisis económica, afectando no solo a la industria, sino también a la calidad de vida de la población sometida a una hiperinflación internacionalmente inducida.
Por ello, como era de estimarse el impacto de las sanciones también se reflejó en el mercado laboral. Muchas industrias, incapaces de mantenerse a flote, recurrieron a la disminución de su plantilla de trabajadores. Este escenario motivó a muchos trabajadores especializados a abandonar sus puestos de trabajo, lo que a su vez buscaba debilitar la base industrial nacional.
Esta compleja situación, conllevó al desarrollo y puesta en marcha de un plan económico principalmente de protección social por parte del Ejecutivo Nacional.
Nos adentramos así en un nuevo periodo de crecimiento
exitoso de la industria nacional pública y privada, desde una curva de
aprendizaje que integra la resiliencia de los trabajadores y trabajadoras, la
protección estatal y la participación y empoderamiento del poder popular como
bloque de defensa del progreso del país.
Una nueva era de innovación y
adaptación popular en la industria.
A pesar de estos desafíos, la resiliencia de algunos
sectores laborales, especialmente del control obrero, han exigido y permitido
que se busquen estrategias de adaptación y supervivencia reflotando la
industria nacional. Algunas empresas han intentado diversificar sus operaciones,
explorando alternativas locales para la provisión de insumos o adopción de
tecnologías que reduzcan su dependencia de importaciones desde la inventiva
obrera y del nivel técnico. Otras empresas abandonadas por sus dueños de
capital privado, quedaron en manos responsables de los trabajadores y
trabajadoras durante el periodo de intensificación de las sanciones económicas,
los cuales, con el apoyo del Gobierno Revolucionario, no solo se mantienen
actualmente a flote, sino que representan casos exitosos de producción y
gerencia empresarial. Por
ello, la perspectiva actual apunta desde la rama del optimismo y trabajo
permanente, hacia un desarrollo industrial inventivo, inclusivo y sostenible.
En la actualidad, gracias a las medidas acertadas
implementadas por el Gobierno Bolivariano y a la participación, conciencia y
organización del poder popular a través del control obrero integrado a la
recuperación industrial, Venezuela supera el 7% de crecimiento en su PIB,
liderando el crecimiento regional con una recuperación petrolera de 927 MBD
según cifras oficiales de PDVSA para mayo de 2024.
2. Rol del poder
popular en la planificación y transformación industrial
Simon Kuznets (1901-1985), economista ruso ampliamente
reconocido por su teoría del crecimiento económico, indicaba: que “el
proceso de industrialización ha sido el principal motor de cambio de la
Humanidad.", de aquí la importancia de incorporar en la planificación
industrial en sus diferentes fases y periodos, a todos los actores claves de la
sociedad: usuario, consumidor, trabajador, tecnólogo, catedrático y estado.
El poder popular, entendido como la participación activa y organizada del pueblo en los procesos de toma de decisiones medulares de los países, ha cobrado relevancia en diferentes contextos a nivel global. En el ámbito de la planificación y transformación industrial, el poder popular se presenta como un catalizador que no solo busca democratizar la gestión industrial, sino también fomentar un desarrollo sostenible y equitativo. Gracias a la revolución en Venezuela hay participación del poder popular en todos estos roles. En el contexto legal para el fortalecimiento de la integración del poder popular en estas funciones, contamos con la Ley de Ciencia y Tecnología, la cual de manera expresa en su artículo 4, establece que: La autoridad nacional con competencia en materia de ciencia, tecnología, innovación y sus aplicaciones debe formular la política pública nacional de ciencia, tecnología, innovación y sus aplicaciones, basada en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social de la Nación, la sustentabilidad de la producción, la protección del ambiente, la seguridad y el ejercicio pleno de la soberanía nacional. Esta política debe contener los principios, fundamentos, líneas prioritarias de investigación, planes, definición de los sujetos de investigación como un todo, estrategias de información y de participación del Poder Popular, así como los mecanismos de integración de los actores del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. Esta política nacional y sus logros serán analizados, revisados, actualizados y divulgados periódicamente en las áreas de interés nacional, regional y local por la autoridad nacional con competencia en materia de ciencia, tecnología, innovación y sus aplicaciones.
Con esta Ley, queda establecida la vinculación estricta y necesaria entre ciencia – tecnología y sustentabilidad productiva. Para completar la ecuación de esta manera, la Revolución Bolivariana ha incorporado, la denominada cuarta hélice, que está constituida por el poder popular; y cuya participación también se viene profundizando y consolidando en los veinticuatros (24) años del proyecto socialista.
Los trabajadores industriales, son en la actualidad, representantes naturales del poder popular organizado; que, en un ejercicio de defensa nacional, no solo han permanecido en los espacios productivos ejerciendo el control obrero, sino que además han escalado su compromiso, hasta llegar a la generación espontánea de conocimientos para hacer frente a los embistes naturales de un país unilateralmente sancionado. Se produce así, un cumulo de conocimientos nuevos que aflora desde la defensa de la industria nacional y debe ser validado de manera formal en el marco de la Ciencia, Tecnología e Innovación.
Pero también, desde el exterior de la industria, se está desarrollando con el poder popular siguiendo las etapas formales de la investigación y planificación social, conocimientos científicos que pueden coadyuvar a mejorar y profundizar procesos productivos hasta escalarlos a la incorporación necesaria de nuevos modos productivos con pilares tecnológicos. ¿Cómo hacer para fusionar este conocimiento científico con la industria para su validación temprana y aplicabilidad? – es una interrogante, que en el marco del debate objetivo tenemos que realizar expeditamente con los actores principales; en una búsqueda de la ruta más efectiva para cumplir con lo también establecido en la citada Ley de Ciencia y Tecnología, art 22 el cual establece: La autoridad nacional con competencia en materia de ciencia, tecnología, innovación y sus aplicaciones, a través del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (ONCTI), recopilará, sistematizará, categorizará, analizará e interpretará información a los fines de formular las políticas públicas en la materia. Este órgano tendrá los siguientes objetivos: 1. Contribuir al análisis y evaluación de las relaciones entre los sujetos de esta Ley, así como proponer alternativas para su funcionalidad. 2. Contribuir con la definición de políticas públicas y el seguimiento al Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. 3. Contribuir a la propuesta de la organización territorial a nivel regional y comunal, para la obtención de zonas con respuestas funcionales en el ámbito sociopolítico y productivo. 10. Propiciar la interacción entre las industrias y las actividades de ciencia, tecnología, innovación y sus aplicaciones.
Evidenciamos así, una ecuación armónica, clave, necesaria y perfecta que describe la relación entre: Gobierno, Ciencia y Tecnología, Industria y Poder Popular y que es principio activo en todas las fases de la planificación también industrial. Contrario a lo que muchos creen, la ciencia no solo guarda una relación simbiótica con la industrialización, sino que además esta relación permanece a lo largo de todo el desarrollo industrial: al inicio, la ciencia genera los conocimientos necesarios para industrializar los procesos, descubrir nuevos procesos y materiales; pero también luego coadyuva a partir de la capacitación científica permanente y la aplicación tecnológica, en la consolidación del desarrollo industrial.
Otra dimensión en la cual podemos validar los aportes del poder popular en la planificación y la transformación industrial, guarda relación con programas claves como son el de sustitución de importaciones y exportación de manufacturas. En la actualidad hay inventiva nacional, que conllevó durante los años de recrudecimiento sancionatorios, a dar respuesta a las diferentes necesidades colectivas.
A lo dicho anteriormente, en la dimensión extensa de la planificación y utilizando como referencia la Ley Orgánica para la Planificación Pública y Popular, la cual establece el marco normativo, podemos desarrollar algunos aspectos básicos de la participación y aportes del poder popular en la planificación industrial, que no solo sirven para denotar la importancia del mismo sino además sirven para reorganizar equipos y organizar competencias claves y articulaciones provechosas para el estado venezolano. Entre ellos tenemos:
- Promoción de Modelos Productivos
Alternativos: fomentando la diversificación industrial y la creación de modelos
productivos basados en la economía comunal y cooperativa, reduciendo la
dependencia de sectores tradicionales, y empujando el desarrollo endógeno
general.
- Descentralización y Autonomía:
propiciando la descentralización de la planificación industrial, permitiendo
adaptar estrategias a las realidades locales y regionales, lo cual optimiza los
recursos y promoviendo un desarrollo más equitativo.
- Innovación y Capacitación: facilitando la implementación de políticas de formación técnica y tecnológica orientadas a mejorar las capacidades industriales locales, impulsando la innovación y la competitividad en sectores emergentes.
Y es que, el poder
popular en la planificación y transformación industrial no solo fortalece la
democracia participativa, sino que también potencia de una forma más acelerada
el desarrollo económico sostenible, enfocado en el bienestar social y la
equidad. Por ello es importante iniciar de manera formal la validación de todo
ese conocimiento social derivado de la inventiva popular e iniciar los procesos
correspondientes de construcción de "Know-how"
de esta etapa de rediseño industrial, dándole el inmenso valor y constante reivindicación
al control obrero promovido con fuerzas como bandera revolucionaria.
La participación del poder popular como eje de la planificación industrial
Partiendo de un recorrido reciente de inspección de más de veinticinco fábricas a nivel nacional, en un sentido práctico, amplio, estadístico y objetivo, podemos indicar que las fábricas que integran la participación del poder popular y el control obrero, son más resilientes y tienden incluso a ser más sostenibles. No obstante, a criterio de la autora, si deseamos normalizar con resultados positivos dicha participación es importante profundizar el desarrollo de las etapas claves de la planificación en las siguientes tareas:
A. Diagnóstico de Necesidades:
La participación del pueblo junto al Ejecutivo nacional en el diagnóstico de
las necesidades industriales resulta crucial para cualquier país que desee un
amplio e irreversible desarrollo. A través de consejos comunales y las comunas,
se pueden expresar los requerimientos y prioridades productivas de forma más
precisas, ayudando a diseñar políticas industriales más eficientes que
realmente respondan a las necesidades de la población. De igual manera, sucede
con el control obrero, cuando es verdaderamente incorporado en los procesos
claves productivos. Al respecto recordamos uno de los muchos discursos
inspiradores del Comandante Chávez, el 30 de abril del 2010, en el cual nos
instaba para entonces y como siempre no solo a priorizar la participación
obrera en la industria, sino además a concientizarla políticamente: “La clase obrera tiene que ser un brazo
político, y el partido tampoco puede pretender tutelar a la clase obrera. No,
no, no, pero son dos brazos: el partido, la clase obrera, juntos coordinando
acciones de batalla, respetándose mutuamente, complementándose, integrándose en
el Plan Estratégico, en la batalla de todos los días, defendiendo a la
Revolución cuando haya que defenderla, construyendo el socialismo desde abajo:
desde las fábricas, desde los consejos obreros, desde los campos, desde los
Fundos Zamoranos, desde el barrio, desde la Ciudad, desde la urbanización,
desde el liceo, desde la universidad, desde todas partes, socialismo,
socialismo y más socialismo; ese es el único camino para salvar la Patria, y
para contribuir a salvar la humanidad...”….. “me juego la vida con la clase obrera y le pido al gobierno todo que
nos juguemos la vida con la clase obrera”. Al respecto, no hay duda, de
la incidencia positiva que, en el ajuste de los planes de producción, búsqueda
de soluciones prácticas y versátiles y optimización de procesos, además de
transparencia administrativa y operativa, que brinda la cohesión poder popular
como base del diagnóstico de necesidades y control obrero, como instrumento de
procesamiento y transformación de las mismas en la industria.
B. Co-creación de Políticas: En
toda revolución, la planificación industrial no debe ser un proceso unilateral
gerencial. Por el contrario, su éxito depende de la articulación armónica de
todos los actores. Al involucrar al poder popular y/o comunal en la formulación
de políticas, se fomenta el desarrollo de estrategias más adaptadas a la
realidad local. Esto incluye desde la identificación de sectores productivos
prioritarios hasta la creación de incentivos para la inversión en industrias
locales y nuevas formas productivas. Nuestra revolución, acumula las mejores
experiencias al respecto. Hemos contado con numerosos planes industriales
concebidos con participación popular y obrerista. Podemos resaltar, el Plan de
Desarrollo Económico y Social de la Nación (2001-2007) como primer plan
integral que abarcaba diversos aspectos del desarrollo económico y social, con
un enfoque en la diversificación industrial y el fortalecimiento de sectores no
petroleros y el Plan Nacional de Desarrollo (2007-2013) diseñado para continuar
con el impulso a la industrialización, priorizando la innovación, la ciencia y
la tecnología, y promoviendo la integración social y económica.
C. Facilitación del Control
Social: Como dijimos con anterioridad el poder popular y el control obrero proporcionan
un mecanismo de revisión social que puede garantizar la transparencia y
efectividad de las acciones industriales. La capacidad social organizada para
monitorear y evaluar políticas industriales debe contribuir a que estas se
ejecuten de manera responsable y eficiente y debe coadyuvar permanentemente con
pilares éticos y morales en los procesos productivos a la minimización de
vicios y niveles de corrupción; sin embargo, el mecanismo debe saltar la brecha
de la simple “denuncia” y debe contemplar por el contrario un método que
permita mejorar y reconducir oportunamente lo necesario en el proceso de planificación
para garantizar el control sobre la desviación.
Transformación industrial y económica desde el enfoque popular
Durante el primer trimestre del año 2024, el presidente Nicolás Maduro presentó el plan de las denominadas 7T o 7 transformaciones, como nueva estrategia de participación popular para la consolidación de medidas y políticas publicas formuladas con el pueblo y para el pueblo. En el marco de este plan, el gobierno revolucionario ha promovido 80 mil asambleas en todo el país, en las cuáles han participado más de 2 millones 500 mil venezolanos y venezolanas representantes de todos los niveles educativos, productivos y sociales del país. Las numerosas propuestas recogidas de las mismas, como expresión de un excelente ejercicio de planificación social, poseen una amplia cuantía que sustenta los pilares de la nueva era de éxito económico y productivo del país, con base a los tres aspectos que mencionamos a continuación:
1. Impulso de la Economía
Social y Solidaria: La transformación industrial puede orientarse hacia la
consolidación de las empresas de propiedad social o cooperativas que prioricen
el bienestar de las comunidades. El poder popular impulsa esta forma de organización
económica que no busca únicamente el lucro, sino el desarrollo comunitario.
2. Fomento de la Innovación
Local: Al empoderar a las comunidades, se estimula la creatividad y la
innovación local. Los conocimientos autóctonos pueden ser integrados en los procesos
industriales, generando productos y servicios que resuenen con la identidad
cultural y las necesidades del pueblo.
3. Sostenibilidad y
Resiliencia: La visión del poder popular promueve una transformación industrial
que sea sostenible, tomando en cuenta factores ambientales y sociales. La
participación ciudadana permite establecer prácticas industriales que respeten
el entorno y fomenten un desarrollo equilibrado.
Desafíos
para el poder popular en la planificación y transformación industrial
A pesar de los beneficios potenciales comprobados, la integración del poder popular en la planificación y transformación industrial enfrenta numerosos desafíos. Nos centraremos, sin embargo, en tres de los más resaltantes:
- Resistencia Institucional: A menudo, las estructuras del estado
establecidas pueden ser reluctantes a entregar espacios de decisión al poder
popular y al control obrero. En este sentido, debemos recordar todas las
exigencias del Comandante Chávez y en la actualidad del presidente Nicolás
Maduro Moros en relación a ceder cada día más, espacios productivos al poder
popular organizado.
- Falta de Capacitación: Es fundamental que los miembros del poder
popular y comunal, así como los que ejercen el control obrero, cuenten con
formación permanente y suficiente para participar de manera efectiva en los
procesos de planificación. Esta formación sin duda debe ser integral e incluir
desde la arista técnica hasta la arista ética. Formatos educativos como los
implementados en el primer periodo de éxito industrial de la revolución, que
conocemos como “Cada fábrica una escuela”, deben ser retomados de forma
modernizada para esta nueva etapa de reimpulso industrial como estrategia de
superación de dicho desafío. La creación de nuevas carreras de base industrial
con principal énfasis en el desarrollo de tecnología es clave en la actualidad.
- Coordinación Interinstitucional: Lograr de manera efectiva la
profundización de la colaboración entre diferentes niveles de gobierno y
organizaciones sociales es esencial en esta nueva etapa de reimpulso industrial
y fortalecimiento económico es tarea fundamental. En este sentido, el presidente
Nicolás Maduro, como su sabia experiencia en la conducción del país, instruía
en su Programa con Maduro+ del 21 de octubre, a propósito de la conmemoración
de los 12 años del pronunciamiento del discurso del Golpe de Timón del
Comandante Chávez, y resaltando el poder de las comunas como instancia de vital
organización social, productiva y revolucionaria, que parte del parque industrial del Ministerio de
Industria, que ya está “mapeado”, sea entregado para empoderar a circuitos
comunales y comunas, que entren al proceso de producción directamente. Sin
duda una tarea prioritaria.
Finalmente, en
este contexto, es importante denotar que la autora no pretende mostrar una sola
dimensión de la situación, sin ser verdaderamente objetiva y critica; existen numerosos
y verdaderos obstáculos que el poder popular empoderado debe superar en materia
no solo industrial, sino además en materia de planificación. La generación de
conocimientos originada de la especificidad social y económica condicionado por
un contexto puntual económico, social y hasta político, debe dar pie y
constituirse en bases firmes, para con apertura, crear las condiciones para la
denominada tecnología desarrollada, de la mano de la integración con las 3
hélices primarias. Se deben organizar
las potencialidades del poder popular para cumplir con las tareas de
optimización de materias primas, producción, servicios y comercialización, pero
con el acompañamiento de los sectores especializados.
¡Hemos avanzado, queda mucho trabajo por hacer en conjunto!.
Conclusiones
La participación activa de las comunidades y los trabajadores ha demostrado ser un componente esencial para el éxito de las iniciativas industriales. La experiencia de las empresas de propiedad social y la implementación de consejos productivos de trabajadores son ejemplos claros de cómo el empoderamiento del poder popular puede contribuir a la construcción de un modelo industrial más inclusivo y soberano. De esta forma, el rol del poder popular no solo se limita a ser un actor en el proceso de producción, sino que se convierte en un vehículo para la transformación social y económica del país.
El futuro de la industria nacional en Venezuela, por lo tanto, depende de la capacidad para seguir enfrentando los desafíos, fortalecer las políticas de participación popular y fomentar un entorno en el que la innovación y la sostenibilidad sean pilares fundamentales. Este enfoque no solo permitirá avanzar hacia una economía diversificada, sino que también contribuirá a consolidar la visión de un socialismo participativo que busque la justicia social y el bienestar colectivo en el país.
Tres aspectos importantes podemos de esta manera concluir:
1. El
poder popular de Venezuela, no solo jugó un papel transcendental en el
sostenimiento de la industria nacional, a partir de 2017, sino, además, se
encuentra preparada, activada y ansiosa por continuar de manera consciente y
protagónica aportando soluciones para la operatividad de la industria nacional
y su desarrollo.
2. Las 4 hélices
del sistema, son necesarias, para lograr un avance significativo de desarrollo
industrial en los periodos venideros. Por ello, debemos fortalecer con tareas
concretas y dando inicio desde la base de la experiencia de esta ecuación armónica.
3. El
proceso de validación y certificación de saberes debe avanzar aceleradamente,
para dar oportunidad a incorporar este "Know-how"
al sistema científico-
tecnológico formal, conformado por las etapas de: investigación, formación y
aplicación industrial.
4. Debemos
planificar teniendo como meta, la obtención temprana de una industria
fortalecida con la innovación e inventiva, generadora no solo de productos sino
también de conocimientos. Las iniciativas de integración en esta nueva etapa de
la geopolítica y de repunte de la economía venezolana deben apuntar sin duda al
desarrollo industrial que coadyuve a construir la denominada industria 4.0.
Referencias bibliográficas
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Buenas noches Dra. Fermin la Felicito por tan importante publicación, la cual refleja lo vital que es el Poder Popular en el Desarrollo Integral de la Nación, es un gusto pará mi encontrarla en este espacio promotor de saberes.
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